Cámara hiperbárica

Cuánto dura una sesión:
La duración de una sesión en una cámara hiperbárica puede variar según la afección que se esté tratando y el protocolo médico específico. En general, una sesión puede durar entre 30 minutos y 2 horas. La frecuencia y la duración total del tratamiento dependen de la indicación médica y las necesidades del paciente. Algunos tratamientos pueden requerir sesiones diarias durante varias semanas, mientras que otros pueden ser menos frecuentes.

Cómo se realiza:
El procedimiento de terapia de oxígeno hiperbárico se realiza de la siguiente manera:

Preparación: El paciente se coloca dentro de la cámara hiperbárica, que es una estructura hermética y segura. Antes de ingresar a la cámara, el paciente puede recibir instrucciones sobre el uso de ropa especial, como batas de algodón y máscaras para garantizar la seguridad y la higiene.

Presurización: Una vez que el paciente está dentro de la cámara, se aumenta gradualmente la presión atmosférica alrededor de él. Esto se hace con aire comprimido o oxígeno puro para alcanzar la presión deseada.

Inhalación de oxígeno: Durante la sesión, el paciente respira oxígeno al 100%. Esta alta concentración de oxígeno, combinada con la presión aumentada, permite que el oxígeno se disuelva en la sangre a niveles más altos de lo que sería posible a nivel del mar.

Monitoreo: El paciente es monitoreado de cerca durante la sesión por personal médico o técnico. La cámara hiperbárica generalmente está equipada con sistemas de comunicación para mantener la comunicación entre el paciente y el personal externo.

Despresurización: Al final de la sesión, la presión en la cámara se reduce gradualmente a nivel del mar antes de que el paciente salga de la cámara.

Qué problemas puede tratar:
La terapia de oxígeno hiperbárico se utiliza para tratar una variedad de condiciones médicas, que pueden incluir, entre otras:

Heridas que no cicatrizan, como úlceras por presión y quemaduras.
Enfermedades de descompresión en buzos.
Gangrena gaseosa.
Lesiones traumáticas.
Infecciones graves.
Embolia gaseosa.
Enfermedades de la médula ósea.
Trastornos de audición súbita.
Efectos secundarios de la radioterapia.

Cuando no se recomienda:
La terapia de oxígeno hiperbárico puede no ser adecuada en ciertas situaciones, como:

Embarazo no controlado.
Neumotórax no tratado.
Problemas pulmonares graves.
Infecciones del oído medio no tratadas.
Epilepsia no controlada.
Historial de cirugía de ojos con gas.
Algunos tipos de cáncer.
Es importante que un profesional de la salud realice una evaluación exhaustiva antes de recomendar o realizar la terapia de oxígeno hiperbárico para garantizar la seguridad y la efectividad del tratamiento en cada caso individual.